miércoles, 16 de septiembre de 2015

Rebelión femenina

Desde siempre mi papá se convirtió en mi peor enemigo (relativamente, claro)

Yo me moría de hambre pero tenía que esperar, papá era primero, siempre papá tenía todo primero, la comida, la ropa,  la palabra  y muchas veces lo que él decía era ley, aunque a mí me parecía que estaba equivocado y más cuando no quería que yo viera televisión (de alguna manera se lo agradezco pero no tanto)  



Mi mamá tenía tres hijos varones y yo,  la más chiquita y ¡NOOO! No me mimaron ellos fueron los “mimados” mi mamá hacia todo por ellos, y ahora ellos son inútiles para cosas doméstica.

Papá decía que las mujeres deben cocina, encargarse del hogar  (ahí nuestras diferencias) entonces yo decidí no cocinar y así lo hice hasta hoy, que solo lo hago para sobrevivir. Decidí no estar en el hogar, salir a la “guerra” y  dar batalla.

 Las mujeres no deben pelearse con los chicos ser delicadas y no responder dice la premisa,  pero  yo  golpee a un compañero en la escuela hasta hacerle llorar y con muchos más.

Siempre me defendí y cuando me decían que una mujer debe  hacer y no hacer tal cosa, yo lo hacía al revés. No pertenezco a ninguna secta femenina, ni grupo de liberación pero desde mi madriguera intento contribuir con algo a eso de la rebelión o revolución, aunque lo mío va más por el primer camino. 

Ilustración: Yayo Espinoza

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