No sé ahorrar y eso me ha traído muchos “problemillas”. Desde pactos con seres extraños hasta trabajos un poco raros.
Cuando era niña, mi alcancía nunca lograba llenarse, aunque ponía cierta fuerza de voluntad, sucumbía y la panza del “cerdito” terminaba agujereada, así que nunca me uní a la economía del ahorro.
Pero de repente crecí y me fui de casa (ojalá hubiera sido por rebelde pero ¡no!) tuve que sobrevivir.
La típica: “No sabía lo que quería, pero si lo que no quería” me empeñe a vivir de lo que me gustaba: escribir, pero no había escrito nada hasta entonces, solo eran sueños y mi fuerza de voluntad se desvanecía.
Así que era trabajar o morir. Hice un pacto con el diablo, empecé en un estudio contable ¿Qué hacía ahí? pues ni yo misma sé, dure lo que dura un amanecer (digo esto para hacerlo más bonito) en realidad me botaron. Luego llegue a un “círculo de creativos” así se hacían llamar, eran seres extraños con problemas de ego; el horario era libre solo tenías que cumplir con lo que pedían y listo. Era perfecto pero no entendía bien que hacían, me limitaba a escribir y transcribir algunos documentos, aún sigo pensando que era como una sociedad secreta para conquistar el mundo. Dure casi medio año aunque la paga no era buena me ayudó muchísimo; hasta que la dueña de la casa donde vivía me dijo: mi hijito (38 años) vendrá a vivir con su familia a sí que… así que “hijita” tienes que irte; y me fui con el gato a cuestas, claro que ella nunca se enteró que vivía con un gato.
Otra vez en la “calle” pero ya había hecho una amiga, ¡sí! una amiga y era un logro para mí, así que me “invito” a quédame en su casa, pagando los gastos a la mitad, pero también tenía que cambiarme de trabajo. La misma amiga también me dio una sugerencia “podrás redactar y tendrás tiempo libre” dijo, me dio una dirección de correo y a la semana termine escribiendo sobre porno para una “revista de adultos”. Así que tuve que ver por varias horas del día, durante varios días, semanas y meses penes y vaginas en primer plano, y saber reconocer los gemidos fingidos de las mujeres ¡ahora podría decirse que soy una experta!..peroooooooo... Como todo, terminó por aburrirme y lo deje (aunque a veces me da ganas de volver).
Y entonces llegue
al “Club de los chicos buenos”, para ellos el mundo es perfecto y todas las
mañanas escriben en una pizarra frases
como ¡Vamos tu puedes! ¡Eres el mejor! Bla, bla, bla… webadas, sus problemas
“existenciales” se remiten a ¿Dónde
comer? ¿Qué comer? ¿Con quién comer? O si están fitness o no para el verano. Creo que su
vida es un “algodón de azúcar”, he tratado de no meterme con ellos, pero es que
a veces su “dulzura” me enerva. En mi mente ya los he torturado y asesinado tipo
SAW pero hasta ahora he mantenido mi
autocontrol y he reprimido mi instinto asesino.
Si ya sé, no es que no me adapte a ellos, son ellos los que no se adaptan a mí, he intentado lo juró, pero es tan difícil!!!... creo que Darwin se equivocó, porque aquí el más fuerte no sobrevive sino el más imbécil, porque al parecer le rinden culto a la idiotez.
Pero ahora es necesario, ¡sí! en esta época oscura y siniestra “economizar” es una prioridad indispensable para mí, mientras no tenga trabajo y siga renunciando a los que no me gustan, llegar al fin de mes casi casi es una película de sobrevivencia ¡hipocresía mía!
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