Lo
nuestro duro lo que dura una noche de principios de noviembre, con frío y soledad,
en una estación de tren, con música de fondo y el cuarto de un hotel,
Alphaville.
Fue
trágico el final, y aunque me
advirtieron que era adictivo, no me importo. Es como dicen cuanto más prohibido
está más atrayente es ¡qué drama!
El
hecho es que conocí a Murakami por Sputnik, y como quien no quiere, continúe
sutilmente, me decepcione y volví a engancharme, algo parecido típico síndrome
adolescente ¡otra vez…!
Al
final después de horas y tiempo invertido puedo decir que me quedo con After
Dark, la idea de ver a la hermana de Mari en la televisión y después dentro de ella, (es raro, creo que
tengo cierto fetichismo por espiar a la
gente) y no saber qué libro lee Midori me obsesiona ¡es genial! Es algo así como el guion de una extraña
película en la que eres el director. Pero Tokio Blues, la que dicen su obra
maestra me desespera, Naoko es
insufrible y Toru Watanabe, bueno da ganas de matarlo, creo que Midori, es
la que salva la historia
.
Al Sur de la Frontera al Oeste del Sol marco el final, PERO creo que por ahora lo
dejamos en puntos suspensivos, aún me
queda los gatos de Kafka en la orilla.
¡Los
murakanianos me odiaran!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario