Mis años de adolescencia llegaron con mis desvaríos hormonales y también psicológico, todos se
preocupaban por mí, pero yo estaba bien ¡Lo aseguro!
Es normal ¿no? que una
adolescente gaste su tiempo obsesionada con el cine de Wes Anderson
David Lynch y Alfresd Hitchcock, que su deseo de cumpleaños sea QUE NADIE LE HABLE, empiece a leer “Asi habló
Zaratrusta” y de vez en cuando despierte pensando que es un insecto.
Creo que ¡No! Asi que como toda persona normal que soluciona
sus problemas, tuve que ir con la
psicóloga, y por más que me negué una bolsa de ositos de goma me hizo decir que
si ¿tan poco valía mi dignidad?
¡Fue raro! No pude escapar, no estaba dispuesta a contarle nada
a una mujer que apenas conocía y menos que se mostraba amable y dispuesta
escuchar ¡Mentí! Pero mi dibujo me delato, sin piso, sin sonrisa y casi sin
ojos (caso clínico)
Dijo que debíamos “trabajar mi autoestima”, buscar que
sociabilice y me mando a un grupo de esos
que se forman para todo, así como el
whatsapp, el mío era algo así como “Los chicos y la adolescencia” ¡QUE SÚTIL!
Nuestras reuniones eran clandestinas, 5 chicos los jueves
por la tarde nos reuníamos en los recónditos pasadizos del hospital general a
debatir e idear como conquistar el mundo, ESO IMAGINE pero ¡NOOOOOO! Éramos 5
chicos “con problemas” una chica gordita
pero muy bonita acomplejada con su peso pero ahora es modelo, un chico emo con
sus polos estampados que más parecía un Winnie the Pooh malo y dos gemelos que querían ser diferentes.
Dure poco más de dos sesiones ¡Yo estaba bien! de hecho "soy normal" así como esta tarde que le cuento mis problemas existenciales a un gato.
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